...la alegrÃa infantil de sumergirse en una conversación inesperada con un completo desconocido para descubrirse, horas después -y bajo toneladas hipercalóricas de "¿leÃste a tal?". "¡SÃ! ¿Y leÃste a tal?". "¡SÃ! ¿Y leÃste a tal?"-, pensando que ése, sÃ, es el comienzo de una gran amistad.